jueves, 9 de marzo de 2017

En este mismo instante, un descerebrado estrangula a su mujer porque descubre que no le pertenece, un automóvil invade el carril contrario y se lleva una o dos vidas por delante, la naturaleza se enfurece y sepulta una aldea con todos sus habitantes en un lugar remoto. Que podamos ilusionarnos o sonreír ante la sencilla belleza de cualquier cosa no es indiferencia, sino un acto de rebeldía frente a la arbitrariedad del dolor.