Cuando
el único argumento es el dinero, ¿para qué vas a hacer cuentas?
Quédate en casa o sal a pasear por la orilla del río. Disfruta de
lo que no tiene precio.
lunes, 31 de diciembre de 2018
domingo, 30 de diciembre de 2018
sábado, 29 de diciembre de 2018
La
noche es la hora de la verdad. Las defensas camufladas que a duras
penas hemos conseguido levantar durante el día quedan al descubierto
y ya no sirven para protegernos. Quedamos a la intemperie, a solas
con nosotros mismos. El cerebro se esfuerza en la evocación de
lugares, situaciones y personas que tal vez en algún momento nos
hicieron felices, pero el fantasma del miedo se ríe a carcajadas,
asoma su cabezota bajo el edredón y destila su magma pestilente de
amenazas. Inconcretas y sutiles. En cascada. Cerramos los ojos y nos
disponemos, una vez más, a hacer la travesía.
viernes, 28 de diciembre de 2018
jueves, 27 de diciembre de 2018
Que
nunca te abandone el niño que se escondía entre las rocas, aterido
de frío en medio de la tormenta, para escuchar lo que tenía que
decirle el mar, su bramido feroz, su poema inacabado. Que siga
contigo hasta el final en el río silencioso de la vida. Que no deje
de enseñarte a mirar como miraba entonces.
lunes, 24 de diciembre de 2018
domingo, 23 de diciembre de 2018
sábado, 22 de diciembre de 2018
viernes, 21 de diciembre de 2018
jueves, 20 de diciembre de 2018
martes, 18 de diciembre de 2018
domingo, 16 de diciembre de 2018
sábado, 15 de diciembre de 2018
viernes, 14 de diciembre de 2018
miércoles, 12 de diciembre de 2018
La
santa lluvia.
Un homiño
de mi pueblo se hizo célebre cuando lo abandonó su colombiana.
Incapaz de soportarlo, tomó la decisión de suicidarse, más que
nada por seguir la tradición, pero tuvo la mala suerte de que esa
tarde llovía sin misericordia. Es bien sabido, vaya por Dios, que
nunca lo hace a gusto de todos. Ni siquiera esa contingencia arredró
al desesperado. Volvió a casa rosmando, agarró el paraguas, salió
hecho un basilisco y se dirigió a grandes zancadas al muelle con la
intencion de arrojarse al agua.¡Que
o mar me leve, que o mar me leve e que me cubran as tebras!,
repetía sin consuelo. Mientras iba y venía hubo tiempo de sobra
para que se corriera la voz, y allá marchaba, tambaleante y a saltos
como una peonza, hacia la negra oscuridad del mar, todo ello bajo la
protección (es un decir) del exiguo paraguas que, mira por dónde,
pertenecía a su mujer. También dio tiempo a que una recua de
cativos fuera tras él acompáñandole en la cantarola, entre bromas
y veras, como si se tratara de un coro griego: non
o fagas, badulaque, vai a dormila; non che tires, Cipriano, que vai
fría e hai máis mulleres que cirios; ¿vaste perder a festa?, ¿e
qué facemos co viño?
Todavía corre el cuento en las tabernas. Entre la compasión, la
solidaridad y la burla. Él mismo le da vida, melancólico y risueño,
aferrado a su vaso como a mástil de proa en noche de tormenta.
lunes, 10 de diciembre de 2018
domingo, 9 de diciembre de 2018
sábado, 8 de diciembre de 2018
viernes, 7 de diciembre de 2018
jueves, 6 de diciembre de 2018
lunes, 3 de diciembre de 2018
Otra
vez el asombro ante las cosas que nunca se mueven del lugar que les
ha sido asignado. El corazón en el pecho, la montaña imperturbable
frente a la galería. ¿Qué percepción de la existencia puede tener
lo que está siempre en el mismo sitio? Ser, por ejemplo, aquella
roca desde la que nos lanzábamos al mar. Tener conciencia, entre el
vértigo y la bruma, de la inmortalidad de esa clase de existencia.
domingo, 2 de diciembre de 2018
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