viernes, 3 de enero de 2025

Me imagino el pánico de ese primer momento en que alguien se da cuenta de que ha olvidado ―quiero decir, para siempre― las dos o tres primeras palabras. Es indiferente que nos parezcan triviales. Lo que viene después es una pared sin una sola mancha, un desierto, una oscuridad sin referencias. Todos vamos a subir a ese caballo.