sábado, 21 de junio de 2025

NO tengo fuerza en las manos, me duelen al abrir los botes de cristal, remeter los faldones del edredón o sostener un libro de no demasiado peso. Se acumulan, silenciosos, algunos otros síntomas de un deterioro natural, que solo puede ir a más. Es lo que tiene llegar a viejo. Ahora se trata solamente de mantener la sonrisa.