domingo, 21 de abril de 2024

La idea de que únicamente los artistas tienen la capacidad de ahondar en el misterio de la belleza que nos rodea —desvelarlo es harina de otro costal— es un malentendido. Los mejores, sin duda, casi consiguen transmitirlo, lo interpretan, lo subliman, pero no estoy seguro de que su experiencia del amanecer, pongo por caso, sea superior a la que vive cada día, por ejemplo, el pescador que regresa de su larga faena con el ronquido del motor en la cabeza y el alma en paz. Quizá lo que él ve no está al alcance de cualquiera.