sábado, 4 de mayo de 2019

En pocas palabras: la tecnología es una bendición. La uso a diario, como todos, y me saca a menudo de pequeños y peligrosos pozos negros. Así que bienvenida sea. Pero también es, a poco que nos descuidamos, un peso, una muralla que nos separa de la vida. Me pregunto cuánto tiempo (¿unas horas?, ¿día y medio?) podríamos vivir sin las muletas de tanto juguetito. Y si podríamos hacerlo con naturalidad. La respuesta me sobrecoge un poco.