miércoles, 1 de mayo de 2019

Antes me preocupaba no recordar lo que había leído unos días atrás. Como si me pareciera una traición o me acechara una enfermedad. Luego me daba cuenta de que no era exactamente así, arraigaba lo que tenía que arraigar, y se desarrollaba a su ritmo. Ahora me parece bien, porque lo que me importa, sencillamente, es disfrutar de la lectura. Nada más. Siempre puede uno volver, si lo ha olvidado, a lo que le hizo feliz. Como pasear de nuevo por las playas de la niñez.