martes, 16 de octubre de 2018

¿Qué mensaje impenetrable bulle tras la mirada de los niños que se detienen ante ti? No lo hacen con cualquiera. Os separa un abismo, en apariencia. Quizá se trata de un rito o un episodio más del mágico aprendizaje que tiene lugar a esas edades. Se quedan quietos como estatuas, parece que te interrogan en silencio, como animalitos que husmean el aire, pero quizá solamente calibran la posibilidad, que les asombra, de hallarse ante un semejante.