En
el corazón del sueño, me sorprende un ruido extraño del otro lado
de la puerta, como si alguien que no ha estado antes en la vida diera
con sigilo los primeros pasos. No llega a despertarme aunque me
asombra. Puede que sea, tardía y quizá inútil, la visita que el
vecino más viejo se cansó de esperar.