Cuadernos de Ulpiano Ros
domingo, 29 de enero de 2017
La
tristeza nos devuelve a la soledad de la cueva, una vez más, para salvarnos, para resucitarnos. Allí, en la más profunda oscuridad, percibimos, delgada como una rendija de luz debajo de la puerta, la claridad de la alegría.
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