¿Cuánto
tardaría el mundo en desmoronarse como un castillo de naipes sin el
sostén cotidiano de la música, sin la respiración del silencio?
Beethoven, Bach, Mendelssohn, Mozart, Brahms... Es suficiente por hoy
para camuflarse en el día, como los pajarillos en el bosque, con el
corazón en paz.