viernes, 5 de febrero de 2016

La medianoche es una fisura en la pétrea fachada del tiempo. Mi espíritu se acurruca en ella para soñar otra vida y vislumbra la serenidad que durante el resto del tiempo me parece imposible. Hasta que la mano de cal del nuevo día vela el sueño y ocupo mi lugar, con insólita esperanza, en la caravana que comparto con millones de peregrinos.