La
mala noche.
Quién cuidará de la vida mientras llegan las pinceladas del alba
hasta el balcón, cuando las cosas empiezan, porque les da la luz, a
desentumecerse, y el mundo, que ha vivido agazapado en la sombra como
en una trinchera, se acicala de nuevo y nos sonríe con la clara
intención, que ni siquiera oculta, de volver a seducirnos.