He
pasado la noche en la ciudad de mis sueños. La luz de las
buhardillas, desorientada por la niebla, dirige mis pasos hacia la
orilla del último arrabal, donde me espera el alba del olvido, la
media luz donde lo pierdo todo: el asombro de estar vivo bajo las
estrellas, una razón para quedarme, el nombre del hotel, la silueta
del cuerpo que vine presintiendo a través de los años y mi viejo
secreto.